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002. Los más asombrosos casos en Parapsicología.

Idioma: Español.
Nivel: Extensivo: Divulgación Científica.
Área: Parapsicología Gral.
Enfoque: Variado: Periodístico, Histórico, Filosófico, Anecdótico.
Tratamiento: Académico, amistoso.
Data de Fuente: Revista Hechos Mundiales Nº 40. Edit. Zig Zag. Chile.
Fecha: 1970/1971.

PRESENTACIÓN:

La revista chilena Hechos Mundiales, de circulación internacional, hizo una importante contribución a la divulgación panorámica (que no vulgarización mediática) de la Parapsicología, para la comunidad hispano-hablante, en sus números 33 y 40 (década del 70, siglo XX). Como en todas sus entregas, el tratamiento satisfizo las exigencias académico - profesionales y artísticas según los estándares de la época, sin incurrir en el sensacionalismo y la especulación editorial, amén de las metalógicas comerciales, que es moneda común en nuestros días. Este Observatorio ha creído oportuno recuperar su información para el beneficio de la generación actual de lectores y estudiosos jóvenes, dejando sobreentendido el recurso de la actualización (*). Lo que sigue es, a grandes rasgos, nuestra versión de los contenidos del número 40 de la citada publicación.

PALABRAS CLAVE:

Espiritismo, Ocultismo, Metapsíquica, Parapsicología, PG, PK, Divulgación Científica, Vulgarización Científica.

RESEÑA:

Este número pretende ampliar la información difundida en un ejemplar anterior (1) centrándose esta vez en la casuística representativa (anecdótica, antes que estadística) de los diferentes fenómenos que ocupa a la investigación parapsicológica. Sin embargo, algunos alcances teóricos son proporcionados.

A manera de introducción, desfilan por sus páginas, esta vez de modo resumido, la antesala ocultista transcultural de la Parapsicología, el boom espiritista de los años 40 y 50 (siglo XIX), la convocatoria al interés científico que ello comportó bajo la denominación de Metafísica (siendo sus expresiones institucionalizadas la Sociedad Dialéctica de Londres - 1867 y la Sociedad de Investigaciones Psíquicas - Londres, 1882), primero y Parapsicología, luego, con la creación del Laboratorio Experimental de la Universidad de Duke - EEUU, 1930. Esta novísima ciencia es definida como "el estudio de los fenómenos normales, pero inhabituales de la mente humana, no considerados por la psicología ordinaria" y acto seguido se clasifican los fenómenos parapsicológicos en dos grupos, psi-gamma y psi-kappa que, en ese orden nombran a los fenómenos de efectos cognoscitivos (o subjetivos) y a los de efectos físicos (u objetivos). (2)

Del espectro de interpretaciones de la realidad paranormal, se declara tendencia dominante la idealista o espiritualista (lo que debe entenderse no como que la Parapsicología apela a entidades del 'mas allá' , sino en el sentido de ser concienciocéntrica y trascendental al bioaparataje.). En todo caso, el objeto de la Parapsicología - el fenómeno parapsicológico - siempre será 'natural' y no 'sobrenatural; su sujeto será el hombre y/o los animales superiores; su método, eminentemente objetivo, el mismo de las ciencias naturales: experimental, cuantitativo y cualitativo. Finalmente, se invoca la estrecha relación con varias ciencias (3) y la sensatez disciplinaria (4).

Los fenómenos subjetivos abarcan una relativamente amplia gama de fenómenos. La fenomenología típica no es, se entiende, ofrecida clara y distintamente en el nivel de los hechos brutos sino que requiere del aislamiento, discriminaciones, denominaciones y caracterizaciones propios de la actividad científica. Es trabajo del investigador determinar si en un caso particular se está frente a un episodio de telepatía o clarividencia, precognición o psicometría, telepatía o psicokinesis (este último, un fenómeno objetivo) o ante una fenomenología mixta. Dislecturas en este trabajo arrojan no sólo secuelas sobre la justivaloración de los sujetos ('dotados' o eventuales), sino que también comportan consecuencias teóricas.

Los fenómenos objetivos son, de suyo, los más controvertidos. El acceso científico a ellos ha ido variando tanto los ejemplares de estudio como los métodos y las denominaciones de los fenómenos. Así, mientras para la metafísica convenía los aparatosos espectáculos de levitación de mesas, pianos, sujetos, etc., operados por mediums bien dotados como Daniel Douglas Home o Eusapia Paladino, con las naturales precauciones y controles del caso, y bajo la denominación de Telekinesis; para su sucedánea, la Parapsicología, conviene el control psiquico de la caída de los dados, bajo estrictas condiciones de laboratorio (diseño de la tarea, instrumentación y controles), y bajo la denominación de psicokinesis. Los resultados son más modestos como seguros. Pero la psicokinesis no agota esta categoría de fenómenos paranormales. Tenemos también la actividad poltergeist, aportes, materializaciones, descorporizaciones, entre otros.

El Espiritismo, presentado como "una religión fundada en la supervivencia del alma, la reencarnación y la comunicación con los muertos", pretendió ascender de categoría con el respaldo de la ciencia. La colaboración de médiums y científicos fue prolífica en la producción de fenómenos de interés de la metapsíquica, con independencia de su interpretación. En un tiempo se llegó a hablar de Espiritismo Científico o "demostración experimental de la existencia del alma y de su inmortalidad". Tiempos románticos aquéllos, que no durarían mucho. Hoy por hoy, el Espiritismo es tenido como "anticiencia de la mente" y su filiación es claramente "ocultista" o "religiosa". Sin embargo - y a pesar de los fraudes que se le imputan, unas veces con razón y otras como "generalización apresurada" - pocos dudan que ha habido, hay y, posiblemente, habrá casos típicamente paranormales que emerjan en el contexto espírita y que ameritarán su estudio detenido. Bajo esta mira, Hechos Mundiales pasa revista a algunos casos de aportes (en ambientes cerrados), apariciones y desapariciones, "trance y posesión" y "escritura automática", que circunvolucionan la atmósfera espírita.

Otro espacio abierto al interés parapsicológico es el de los sueños paranormales, llámense éstos telepáticos, clarividentes o premonitorios. La anecdótica y la evidencia acumuladas, sea que involucren a personajes de la Historia Sagrada como Jacob, el Faraón de los sueños, José del A.T. (intérprete del anterior, hecho virrey de Egipto), José del N.T. (padre putativo de Cristo) o la reina Maya (madre de Buda); o de la historia secular, como Lincoln, Napoleón o Hitler; o a grandes científicos como Einstein; a artistas como Giussepe Tartini; o a místicos y ascetas como los yoguis de la India o, finalmente, a personas comunes y corrientes, hablan de su universalidad y elusividad. En el intento de comprender los sueños paranormales se pasa revista a los conocimientos disponibles (a la fecha de publicación) sobre el sueño, desde las perspectivas fisiológica de los renombrados Kleitman (estudios sobre los ciclos del sueño, etc.), Dement (estudios del sueño de los esquizofrénicos, etc.), Jouvet (estudios sobre el centro de los sueños, etc.); psicológica de los también notables Freud y Jung (el primero, planteando el origen hedonista de los sueños, construyendo un método para su interpretación y llegando a sugerir la competencia del psicoanálisis para comprender algunos aspectos del sueño telepático; el segundo, involucrando el "inconsciente colectivo" en la interpretación de los sueños) e incluso física, con Einstein y Plank (cuyo material relativista y cuántico abre nuevas perspectivas al estudio). Al final, bordeando el territorio de la especulación, se intenta sistematizar los símbolos oníricos a partir de los elementos de la naturaleza (enfoque tradicional) de cara a su interpretación, cuidando de advertir sobre el carácter idiográfico (de alcance individualizado), que no nomotético (generalista) de este procedimiento (5), y su evolución histórico-cultural. Con todo, los sueños paranormales distan mucho de haber sido comprendidos por la ciencia.

No se descuida en este número la presentación de algunos escenarios antropológicos que contextualizan el desencadenamiento de intrigantes efectos paranormales. En primer término, gracias a una poderosa narrativa, nos trasladamos en el espacio al mágico Haití Caribeño, en donde asistimos a una ceremonia Vuduísta, que es entre los cultos y creencias animistas, uno de las más pintorescos. Al son de tambores y aullidos nocturnos, hacemos un recorrido por los locales y altares de culto, reconocemos su sincrética parafernalia, contactamos a oficiantes y danzarines y, finalmente, "presenciamos" los trances... es decir, cuando los loas o divinidades "montan" a los iniciados (contagiando incluso a los ocasionales visitantes), y los agitan frenéticamente, dejando como huella de su presencia interesantes efectos paranormales: una ceremonia donde se mezclan el fervor religioso, la magia, las posesiones y, donde incluso, asoma el crimen. Al finalizar el relato se nos proporciona un glosario vuduísta que nos facilitará reconocer el quién-es-quién y el qué-hace-qué de tan controversial ceremonia. Acto seguido, nos trasladamos en el espacio-tiempo a la zona central de la República de Chile, para visitar al indómito pueblo araucano (o lo que queda de él). Pero lo hacemos de la mano no de un historiador oficial sino de un "para-historiador" (si cabe el neologismo) de nombre César O. Navarrete, quien intenta convencernos del origen espartano (griego) de los araucanos, de los correlatos mitológicos, religiosos y lingüísticos entre ambos pueblos y, lo que guarda mayor consonancia con el interés parapsicológico, del empleo de la telepatía por los indígenas durante la conquista de Chile.

Dando término a la presentación, y como era de esperarse habido el contexto científico, José Luis Recart - entonces Vicepresidente del Instituto Chileno de Investigaciones Parapsicológicas - sintetiza el cuerpo de Hipótesis y teorías disponibles sobre los fenómenos paranormales. En primer término, invoca el tradicional enfrentamiento entre idealismo (con su orientación psicocéntrica) y materialismo (con su orientación cerebrocéntrica) a la hora de interpretar estos fenómenos. El ánimo del informante refleja explícitamente su preferencia por la lectura idealista que, se dijo ya, es la tendencia dominante en la investigación parapsicológica. Pero como científico que es, tiene que admitir la insuficiencia de datos para una proferencia científica en este sentido.

Las teorías sobre el fenómeno paranormal se agrupan en: filosóficas, fisiológicas, psicológicas y metafísicas. Adyacente queda el rubro de interpretaciones ocultistas (que demandan, a su vez, una subclasificación). Todas ellas son presentadas sumariamente pero se advierte que ninguna de ellas ha logrado posicionarse en el campo de cara a los datos experimentales, todavía exiguos y contradictorios. Nos encontramos, entonces, en una etapa de experimentación que debe madurarse antes de adelantarnos en extraer conclusiones filosóficas sobre ese ser desconocido que es el hombre, con base en la materia parapsicológica.

VALORES AGREGADOS:

☺Presenta una cronología de la investigación psiquica que va de 1847 a 1968.

☺Incorpora una bibliografía especializada.

☺Ofrece fotografías históricas de destacados científicos y médiums, material y escenario experimental, así como hermosas pinturas y grabados.

☺Dado el tiempo transcurrido desde la publicación de la revista hasta la fecha, contamos con un material precioso para evaluar la historia de las ideas científicas y relativizar concurrentemente conocimientos y actitudes en la generación y divulgación de éstos.

Revisión por: Eduardo Mendoza M.
Urania Scenia & Itipcap.

NOTAS

(1)Nos referimos al número 33 de Hechos Mundiales.

(2)Ya hemos llamado la atención sobre este tema en la reseña a (1). Aquí añadiremos únicamente que, según la fuente, la clarividencia o metagnomia (dentro del rubro de los fenómenos subjetivos) tiene modalidades: tactil (requiere contacto con objeto evocador, psicometría),criptoscópica (permite conocer lo que se encuentra oculto), autoscópica (facultad de ver dentro del propio cuerpo), telestésica (da a conocer sucesos a distancia), rábdica (radiestesia), mántica (que se manifiesta a través de técnicas de concentración focalizadas en objetos como cartas, cristales, etc) y mellóntica (precognición).

(3)No se habla estrictamente de "interdisciplinariedad", pero se pone en relación a la Parapsicología con la Psicología, la Psiquiatría, la Biología y la Física.

(4)Dice el texto: "Pero por sí misma, la Parapsicología se impone no inferir de sus estudios extensiones abusivas - como sería el caso de ciertas hipótesis indemostrables - ni asimilar dentro de sí ningún tipo de afirmaciones acientíficas". (Pp. 3).

(5)Los términos idiográfico y nomotético se los prestamos a la publicación por considerarlos pertinentes al espíritu del mensaje.

(*)La actualización a la que nos referimos alcanza a la clasificación de los fenómenos parapsicológicos, el conocimiento acumulativo, los ejemplares temáticos y metodológicos, así como la organización, representación, docencia y ejercicio institucional de la disciplina, y su reconocimiento oficial. Lo mismo, para otras áreas de la ciencia (biología, neurociencia, psicología, etc) en lo que concurre con la Parapsicología. Llamamos la atención, particularmente sobre algunos fenómenos que se mencionan en la revista (metafisiológicos, oníricos, etc.)para los que se dispone ya de explicaciones no-parapsicológicas (¿vaciamiento de la Parapsicología?)

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