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El Chamán de los Cuatro Vientos,
de Douglas Sharon

 

PRESENTACIÓN.-

***** La relación de cuanto acontecimiento u objeto anecdótico, exótico e insólito concurra eventualmente en redor de una Mesa Curandera está bien, pero no es suficiente: la vocación trascendentalista del Viviente (síntesis de sentimiento, inteligencia y voluntad) atrapado en alguna de las ranuras del tiempo, demanda a los cuatro vientos la 'puesta-en-racionalidad' de al menos una región importante de su espectro. Esta realización es –no podría ser de otro modo– tributaria del universo axiológico y semántico de la cultura que le da forma.

*****Entre los estudiosos del curanderismo de la costa norte del Perú (1) y del legado del Tuno en particular, el antropólogo Douglas Sharon (EEUU) es una referencia obligada. Él es quien amparado en su doble condición de investigador (académico) y aprendiz (asistente del arte tradicional) por un tiempo aparente, plantea la existencia de un sistema de comunicación simbólica hábilmente manipulado por el curandero en sus procedimientos, cuyo código, alimentación y vitalidad adaptativa se aplicará a revelar.

***** El Chamán de los Cuatro Vientos retrata al hombre que, imbuido de sincretismo y mestizaje, construye proactivamente su sentido personal en medio de las tensiones adaptativas, hoy por hoy aceleradas, de una sociedad en transición; y que desde su equilibrio pionero contribuye al de sus semejantes.

ESTRUCTURA.-

*****La obra se compone de doce capítulos temáticos, precedidos de un prefacio que contiene los antecedentes, la exposición de motivos, así como los lineamientos teóricos, metodológicos y éticos de la investigación. El conjunto se enriquece con cuatro apéndices (2), referencias bibliográficas e ilustraciones. A continuación ofrecemos una exposición condensada del contenido principal.

1. APERTURA DE LA "CUENTA".-

*****Douglas Sharon conoce a Eduardo Calderón Palomino (a) 'Chino', 'Tuno', en circunstancias en que este último trabaja en la reconstrucción de los frisos de la ciudadela preinca Chan-Chan (La Libertad, Perú). No tarda mucho en percibir en él lo que denominamos al corriente su 'inteligencia social' (ie. competencia para el manejo de las relaciones interpersonales), su compenetración vital con la cultura de su tierra y, muy especialmente, su experticia en el curanderismo; rasgos éstos que lo invisten de potencial 'informante cualificado', tan caro a la ciencia del hombre. La amistad evoluciona naturalmente por mérito de entrambos –de un tiempo acá, 'compadres'– con Don Tuno de 'informante' y 'mentor'. El capítulo es un recorrido por la biografía de Eduardo, particularmente en sus aspectos formativos y laborales, que dan cuenta de su 'temperamento'; así como los acercamientos periódicos del científico social que resultan en el presente libro.

2. GERMINACIÓN: LOS INICIOS ESPIRITUALES DE EDUARDO EL CHAMÁN.-

*****Dos tópicos, en lo esencial, son cubiertos en este apartado, siendo el primero: el desarrollo de la vocación sanadora de Eduardo a partir de una rara y dolorosa 'enfermedad vocacional' de solución curanderil, hasta su escalamiento a Maestro. El 'otro rollo' lo pone la introducción del antropólogo en las sesiones nocturnas del 'Tuno' (n=9), en calidad de observador (4/9) y asistente (5/9), por el lapso de dos temporadas (1970, 1971). De aquí se sigue una relación –colorida aunque ajustada a los hechos por mor de ciencia– de concurrentes y ocurrencias, donde queda reflejado el híbrido natural/sobrenatural que imprime su marca al quehacer médico de nuestros ancestros.

3. SEMILLAS DE DESCONTENTO: EL CONTEXTO SOCIAL DE LA BRUJERÍA PERUANA.-

*****La diferenciación y movilidad ascendente de individuos y particulares (con el fondo del relegamiento de sus pares), tiene su coste en una sociedad de ancestro solidario que deviniera dramáticamente oprimida (al extremo de su cuasi-extinción) a tenor de modelos político-económicos de suyo desfavorables al conjunto de la población nativa; como cuentan, en efecto, el colonial y su sucedáneo republicano. Dicho coste florece en contexto como 'envidia institucionalizada' y fructifica 'brujería' para la economía personal-social, amén de la funcionalidad psicológica oculta que tiene para las partes. De este modo, asistimos a una explicación plausible sobre cómo la prevalencia de la hechicería y el daño –o, alternativamente, la creencia en tales– en tanto que afecta en su conjunto a la sociedad peruana y al segmento de la costa norte en particular, no es un fenómeno típico de los tiempos precolombinos sino uno de data posterior.

*****Este capítulo, que se beneficia del análisis histórico, económico y sociológico integrados, ofrece como atractivo adicional las reflexiones de Eduardo sobre su rol como curandero localizado en el 'aquí y ahora', absorbiendo el choque de los cambios acelerados, sirviendo de puente entre lo antiguo y lo moderno y no tan sólo, o por lo menos no principalmente, como mediador entre los dioses (ie. los espíritus de la naturaleza) y los hombres de carne y hueso.

4. FLORA MÁGICA: EL SABER DEL CURANDERO ACERCA DE LAS PLANTAS.-

*****El curandero es profundo conocedor de la generosa variedad de plantas medicinales y mágicas del territorio peruano, tanto como sus lugares de recolección (vg. Mt. Chaparrí, Mt. Yanahuanga, Complejo Huarigas), propiedades (vg. depurativas, purgantes, alucinógenas, etc.), combinación (Vg. huachuma + misha + hornamos + tabaco negro) y preparación. Este conocimiento le viene de tradición familiar, por vía empírica y, no menos importante, por el canal revelativo ordinariamente clauso al hombre común. La principal planta sagrada a propósito del curanderismo de la costa norte es el San Pedro (cc. Trichocereus pachanoi / nt. Huachuma), cuyo uso acompañaría a la civilización desde muy antiguo (+/- 3000 años), tal como lo patentiza su omnipresencia en los ceramios y/o textiles (y en menor proporción, los restos arqueológicos) de varios pueblos precolombinos como los chavines, mochicas, chimúes y nazcas; aparte de su no desapercibimiento en algunas relaciones de la colonia.

*****Múltiples son las funciones de este cacto. Entre ellas citaremos las que siguen:

○ Paradigmática.- Su ciclo de crecimiento –y en particular su tiempo de floración– ofrece el marco o contexto simbólico de la sesión curanderil. (Tema que acusará mayor evidencia en el capítulo 8).

○ Terapéuticas.-

- En lo que concierne al curandero: Activa los poderes internos (especialmente el visionario), las cuentas de la mesa, para detectar y afrontar las causas profundas (mágicas) de la enfermedad; orquesta la comunicación con las plantas maestras.

- En lo que toca al paciente: lo purga, lo predispone a la terapia, le 'abre' el subconsciente como una flor, a efectos de hacer manifiesta la fuente tensiva de su malestar.

○ Domésticas: Cuida la casa y las propiedades del sujeto, etc.

*****El capítulo además de contribuir con la descripción física, química y simbólica del San Pedro, nos allega información sobre la reactividad biológica, psicomental (alucinógena) y conductual de ambos –curandero y paciente– resultantes de su ingesta ritual.

5. SAVIA ASCENDENTE: PODER Y ESENCIA EN EL UNIVERSO CHAMÁNICO.-

*****El chamanismo es la 'técnica del éxtasis' (Eliade) entendido como aquel "estado en el que está uno fuera de uno mismo" (Diccionario Webster). El chamán aspira a un 'Poder' capaz de transportar a un hombre más allá de los límites de sí mismo (don Juan, en Castaneda). Dicho poder se corresponde tradicionalmente con los conceptos de Ch'i (entre los chinos), Prana (hindúes), Mana (polinesios) y Energía Vital (en general). La conjunción con y acumulación de este poder, si bien abierta en principio a la humanidad toda, es realizada como 'relación personal directa' típicamente por los chamanes y los místicos.

*****Los estudiosos (vg. Meighan) han conseguido abstraer algunas notas fundamentales del 'poder' chamánico, como son: i).- conocimiento, ii).- destino, iii).- individualidad, iv).-variabilidad, v).- éxito, vi).- enfoque y vii).- ambivalencia, las mismas que son tratadas con cierta extensión.

*****Luego, 'poder', 'magnetismo' y 'cuenta' son conceptos propios del marco chamánico, que nos remiten a un Universo que en su totalidad y en cada componente (vg. piedras, ríos, árboles, montañas, animales, etc) es algo 'vivo', 'inteligente', registra 'historia', tiene una 'finalidad' y no es indiferente a las 'simpatías' y 'antipatías'.

*****Mientras que el 'magnetismo' es el predicamento de una fuerza de la naturaleza que el ser humano está en condición de canalizar y operar a voluntad, y que explicaría entre otras cosas: i).- la afinidad de las personas y las cosas entre sí, ii).- la comunicación entre mentes y iii).- los efectos mágicos curanderos/ganaderos; la 'cuenta' es la historia acumulada de las relaciones sujeto-objeto en cada objeto de poder, pasible de apropiación, re-creación y domesticación gradual por el chamán de turno, y que en efecto se despliega bajo la forma biarticulada de cánticos/tarjos asociados con cada uno de los artefactos de la Mesa.

*****El autor hace justicia al concepto de 'cuenta' allegándonos en clave antropológica y psicológica la "cuenta" de la piedra sagrada (conopas-huancas-apachetas-incaychus) en la intimidad de los pueblos andinos. Otrosí ilustra anecdóticamente el procedimiento chamánico ('trazo' y 'conteo') para la asimilación (integración y dominio) de los objetos de poder, ante la contingencia de su localización, transferencia o donación; que podría resultar negativo a la economía de la mesa (como lo evidencia vg. la falta de empatía del 'equipo de hechicero' (3) con las artes de Eduardo, hasta el límite del caos) o positivo (vg. la proficiencia de la traviesa máscara de Maximón (4) como instrumento diagnóstico y guía terapéutica).

6. ESPACIO SAGRADO: DUALIDAD Y LOS CUATRO VIENTOS.-

*****Varas, espadas, piedras, conchas, crucifijos, plantas y piezas de cerámica son –entre otros– componentes típicos de una Mesa Curandera que el observador medio atinará a reconocer. Sobreentenderá sin lugar a dudas que cada uno de ellos representa 'algo', que porta propiedades 'mágicas' y que puede usarse para bien o para mal en el ritual nocturno. Y si bien es cierto que no hay dos mesas absolutamente iguales, como tampoco lo son entre sí dos curanderos; ¿acaso se sigue de ello que la locación de los artefactos es fortuita y caprichosa?

*****En realidad, no. En realidad, la Mesa habría que entenderla como el arreglo estratégico de los 'objetos de poder' en el espacio; es decir, la locación de sus 'artefactos' amén del interés pragmático (utilidad, funcionalidad) obedece a una racionalidad tributaria de antigua cosmovisión, en parte hecha consciente por el operador, en parte asomo de un juego subconsciente.

*****El autor no escatima recursos para hacer justicia a la Mesa como mecanismo 'receptor y transmisor'. De hecho, se las arregla a través de organizadores gráficos y estructuras de agrupamiento para hacernos evidente el diseño complejo y sinérgico de la Mesa (incluida la distribución intencional de los artefactos) a dos niveles: i).- en lo que ha sido conscientemente articulado por Eduardo (el esquema tripartito no balanceado de los campos: justiciero, medio y ganadero); y ii).- lo que emerge del subconsciente (el esquema cuaternario, balanceado, de los cuatro vientos y las cuatro direcciones) que es articulado como ganancial de la colaboración. A ello se agrega iii).-un excurso sobre la funcionalidad del eje central (axis mundi) tan cara a la tradición chamánica, y su peculiar 'desplazamiento justiciero' en esta Mesa.

*****Finalmente procede a explicar en clave procedimental y numerológica el orden de activación de los campos en la velada ritual y la trascendencia de la estructura ternaria en y por la cuaternaria, tema que profundizará más adelante, en los capítulos 8 y 11.

7. EL TERRENO CÓSMICO: RAÍCES ABORÍGENES DE LA MESA.-

*****Rastrea los orígenes de la Mesa Curandera y su difusión, no a través del San Pedro –como estilaría un típico chamán–, sino haciendo uso de los estudios etnográficos y etnohistóricos disponibles sobre la cosmovisión de moches, quechuas, aymarás e incas así como los actos (operaciones) y artefactos (parafernalia) chamánicos que se les asocia. En la revista nos familiarizamos con diferentes categorías chamánicas (vg. altomesayoq, pampamesayoq, laiqa, hanpeq, watoq, etc.), sus atribuciones (tipo de magia, relación con entidades espirituales, estatura de poder), el contexto de iniciación (entidades mágicas, enfermedades vocacionales, investición), creencias y nociones (vg. espacio y tiempo, equilibrio, enfermedad) y cómo éstos se perpetúan en el uso ritual de objetos de poder, plantas y animales mágicos.

*****Destaca a los propósitos del libro, la organización del espacio a partir de la Cosmología Inca, que proporciona eventualmente:

Un modelo para: Se localiza en:
Los tres campos de la mesa Los tres ejes de la pared sobre el Altar del Templo del Sol (Coricancha), dibujado por el cronista nativo Juan de Santa Cruz Pachacuti-Yamqui (5).
Los cuatro vientos Cosmograma inca de la Cruz del Sur, en la encrucijada de los cuatro caminos.
Los cuatro caminos Los 4 Suyos del Cuzco y el Imperio Inca.

8. TIEMPO SAGRADO: LAS ESTACIONES DE LA SESIÓN.-

*****La Mesa Curandera, vista esta vez como la distribución de los 'actos' en el tiempo, tiene una duración aparente de 8 horas, transcurridas en una fase nocturna entre las 22:00 y 6:00 hs., de un día y su consecutivo (ie. madrugada). Pero para el chamán y los entendidos, su realización demanda una jornada de 24 horas, que inicia y termina al mediodía (12 m). En su fase visible (ie. nocturna) distinguimos dos etapas: la ceremonial y la curativa propiamente dicha. La primera (22:00 - 24:00 hs), compuesta de 14 actos rituales, sirve al propósito de cargar a los oficiantes (curandero y ayudantes), los objetos de poder y los asistentes (pacientes y acompañantes); mientras que la segunda (24:00 - 06:00 hs), compuesta de 11 actos terapéuticos, propiciará la descarga de la mesa. El proceso en su conjunto será visto como una sucesión de plegarias, cánticos, inhalación e ingesta de sustancias, manipulación de objetos de poder, pases mágicos, danza colectiva, revelaciones, entre otras.

*****Este capítulo está estructurado en dos secciones. La primera se aplica a revelar la clave numerológica de la división ceremonial de la sesión (y los juegos de poder implicados), cuya fuente –desde la mirada cristiana del sincretismo– no sería otra que el texto bíblico del Apocalipsis de Juan. La segunda sección nos arroja luces sobre el diseño complejo de un 'reloj metafísico' del que se vale el curandero, en tanto en cuanto recapitula y correlaciona todos, el ciclo de 24 horas, las cuatro estaciones del año, el ciclo de vida de las plantas mágicas (y del San Pedro en particular), el ciclo del Cristo y del ser humano corriente.

9. PLENO FLORECER: ÉXTASIS Y DESPLIEGUE PSÍQUICO.-

*****El vuelo mágico visionario que se sigue del éxtasis es la marca del chamán. A diferencia de otros exponentes del arte a lo largo y ancho del mundo, en Eduardo y -es de de esperarse- en un número de los que se sirven del San Pedro, el acceso al mismo no se acompaña de convulsiones histéricas o epileptoides, baile descontrolado, pérdida temporal de la motricidad y del conocimiento, entre otros signos más o menos dramáticos; sino que aparece como una transición limpia. El antropólogo se esfuerza en apuntalar el "ser así" de la experiencia a través de un cuidadoso interrogatorio. Consigue determinar la doble naturaleza simbólica y concreta del visionado chamánico, su dependencia de un 'ojo interno' distinto del físico, su referencia a las circunstancias del paciente y el origen de su mal. En otro momento se destaca el significado y la función del simbolismo del remolino, de la espiral. Este capítulo guarda particular interés para las tres grandes corrientes de investigación psíquica del momento: psicológica, psiquiátrica y parapsicológica.

10. METAMORFOSIS: REGENERACIÓN EN LAS LAGUNAS SAGRADAS.-

*****Shimbe, la principal laguna curandera del Complejo de las Huaringas (Huancabamba, Piura), se emplaza a una media de 4000 m.s.n.m. A sus taumaturgas aguas acuden anualmente miríadas de peregrinos en la esperanza de recibir alivio a sus dolencias de salud, dinero y amor; además de los adeptos del arte y las misiones científico-culturales, interesados los unos en aquilatar su temple (iniciación, consagración), y en aprehender los aspectos ecológicos (botánicos), socio-culturales y turístico-documentales del entorno, los otros. A estas dos últimas corrientes se integran Eduardo y Douglas, el chamán y su antropólogo aprendiz e intérprete.

*****El capítulo constituye un relación vívida, anecdótica, de las experiencias de ambos protagonistas durante dos peregrinaciones anuales (verano 1970/otoño 1971)a la laguna que está bajo la custodia de Don Florentino García. Se registra (e interpreta) el trayecto de ida y vuelta a lomo de mula por la accidentada geografía, las negociaciones semitensas con el Gran Curandero (mediadas por Eduardo), los avatares del baño ritual, la ordalía de la velada a punta de San Pedro y Misha, el compartir con los concurrentes. Todo ello con vistas a postular la 'metamorfosis- espiritual (muerte - renacimiento - autointegración)-que-procede-por-la-gracia-de-la-Pachamama' como tema que subyace a esta milenaria tradición.

11. EQUILIBRIO METAFÍSICO: TRASCENDER LOS OPUESTOS.-

*****La Mesa Curandera no se agota en su abstracción espacio-temporal. Constituye a la vez una representación del Universo y una proyección psicológica del individuo ('mandala'). Refleja la tensividad de fuerzas operantes en el micro y el macrocosmos que el viajero de la vida habrá de conciliar (coincidentia oppositorum) y trascender si quiere alcanzar la compleción. Este mensaje unívoco va siendo escalado en tres etapas discursivas de creciente complejidad: Primero, como resolución de la antinomia del bien y el mal (que le demanda desde su práctica diaria). Segundo, como transición del '3-psicológico' al '4-cosmológico', o si se quiere, la realización alquímica de la quadratura circuli. Finalmente, como la danza del tonal y el nagual (la mesa vista como "isla del tonal"), en un intento de relacionar los sistemas de Eduardo Calderón y Carlos Castaneda.

12. CIERRE DE LA "CUENTA".-

*****Individuos, colectivos y sociedades de la costa norte del Perú no son –no han sido históricamente– inmunes a los vertiginosos cambios suscitados a escala nacional, internacional y planetaria en todos los frentes; cosa que les demanda heroica adaptación. En la lucha por no quedar relegados al margen, dichas unidades resienten la retroalimentación del ritmo diferencial. El curandero no está exento de sufrir el choque pero tiene a su favor la maestría de un sistema de comunicaciones que le asegura el equilibrio y la metamorfosis (muerte y renacimiento). De este modo, es pionero en adaptarse y facilita a otros el camino. Eduardo Calderón Palomino es un ejemplo viviente.

*****Este capítulo final:

*****Propone en calidad de predicamento central el visionado del curandero como gestor del equilibrio de las fuerzas psicológicas y cosmológicas en el espacio-tiempo, a través del manejo de un código no verbal de actos y artefactos.

*****Desarrolla –a partir de Jung y Wilbert– un modelo del chamán, hombre equilibrado que interactúa con el ambiente y con la cultura.

*****Enfoca la diferenciación histórico-cultural, biográfica-personal que supone la práctica curandera de Eduardo en una línea de continuidad (similitud, vestigio, recapitulación) con la tradición chamánica en el mundo; que aunque revestida hoy del sincretismo cristiano-precolombino, se remonta a un ancestro común que se pierde en la noche de los tiempos.

*****Ratifica el valor pedagógico que comporta el estudio del uso de sustancias enteógenas en clave histórico-intercultural (farmacología comparada), en tanto que ilumina los aspectos bio-médicos, psico-espirituales, socio-culturales y legales tan caros a Occidente.

*****Visiona al Chamanismo como una vía abierta al Viviente hacia la comprensión de sí mismo y de su lugar en el Universo.

*****Critica el simplismo (= 'ingenuidad') que supone la idea de suplantación del chamanismo por la educación científica del conjunto de la población.

*****Reflexiona sobre la necesidad, oportunidad y viabilidad de la propuesta que contempla asimilar al curandero como recurso humano valioso al sistema sanitario (paramédico), en un marco de reciprocidad de saberes con los médicos oficiales.

*****Hasta aquí nuestra revisión del libro.

*****Sólo nos resta redondear que el énfasis puesto en "El chamán de los Cuatro Vientos" sobre "El chamán de los Tres Campos", que se hace patente desde el título mismo de la obra, más que un auto-reconocimiento a la contribución (articulación) personal del autor en el marco de la colaboración (6), no es sino la constatación del dato que la tensión que se verifica entre los opuestos –psicológico y cosmológico– en la antesala de la Unidad, se resuelve en la mesa a favor de la dimensión cosmológica.

 

Desarrollado por: Eduardo Mendoza M.
Mayo-Junio de 2011.


*******O*******

Notas:

(1) La acotación se refiere particularmente a la medicina folklórica de los departamentos de Piura, Lambayeque y La Libertad, sin perjuicio de otros focos y del interés autorial en el ámbito nacional e internacional.

(2) Los apéndices en cuestión son: A).- Artefactos de la Mesa, B).- Actos de la Mesa, C).- Mesas Aborígenes y D).- Cosmologías Aborígenes.

(3) Se refiere al antiguo equipo de hechicero encontrado por Eduardo en un sitio arqueológico y cuyo conteo arrojara antagonismo con la magia practicada por el citado chamán. En similar moda, las plantas mágicas reconocen al curandero o brujo por su afinidad con las artes. En la literatura de ficción mágica de los últimos tiempos, la primera entrega de la saga de Harry Potter ilustra lo precedente con la figura del "sombrero seleccionador", que determina por "afinidad" a qué casa de magia será destacado un ingresante de Hogwarts.

(4) El viejo Maximón es un ídolo hecho de la madera del árbol sagrado 'pito', que recibe su culto en Atitlán, Guatemala. Un Ajkún poderoso obsequió a Eduardo, entre otras cosas, una máscara de Maximón por intermedio de Douglas, produciendo un revuelo positivo en la dinámica del curandero peruano.

(5) La representación gráfica que se cita está grabada en la tapa del libro.

(6) Se refiere a la colaboración Calderón - Sharon. En realidad ambas facetas (3 campos/4 vientos) se asientan en el legado de Eduardo y la tradición chamánica que le subyace.

 

Palabras Clave:

Actos, artefactos, cosmovisión, chamanes, curanderos, 3 campos, 4 direcciones, 4 vientos, ética, Huaringas, mandalas, Maximón, mesa curandera, objetos de poder, Perú, precolombino, San Pedro, Tuno, Carlos Castaneda, yantras.

Autor:

Douglas Sharon.

Fuente:

Sharon, Douglas (ed. 2004): "El Chamán de los Cuatro Vientos". Siglo XXI Editores.

Observaciones:

Incluye apéndices, bibliografía e ilustraciones.

Crítica:

Quizás la mejor descripción (sistemática) disponible de una Mesa Curandera: objetos de poder, actos ceremoniales y curativos. Destaca igualmente como ensayo teórico de la Mesa desde una metodología estructural-humanista, enriquecida por cierta articulación psicológico-antropológica.

Público Objetivo:

Antropólogos, psicólogos, médicos interculturales, estudiosos de lo paranormal.

Artículos Relacionados:

i.- Tuno: El Curandero, de José J. Gushiken. [ver]

ii.- Don Tuno, el Señor de los Cuerpos Astrales; de Eduardo González Viaña. [ver]



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