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DOS AMIGOS CONVERSAN
(o Preguntas frecuentes a la SCENIA)

Cara a cara Dios está resollando.
VS → VB.

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021.- Si una persona ha visto afectada su salud física o emocional por (supuestamente) alguna práctica o entorno yóguicos, ¿tiene el derecho de denostar a esta disciplina?

Para juzgar un caso se deben considerar múltiples factores incluyendo al sujeto y sistema de referencia (estado de salud, biografía reactiva, labor que desempeñan, tipo de instrucción que reciben, prolijidad disciplinaria, etc) y no pronunciar conclusiones antojadizas e interesadas.

Luego, nuestra respuesta es un rotundo No. Presentarlo de otro modo significa incurrir en falacia (generalización apresurada, etc.) y falta ética contra la disciplina.

022.- ¿Qué papel juega la Scenia en relación con el Yoga?

En Scenia distinguimos cuatro estados de existencia del Yoga:

1- El Yoga como Supremo Yug, bienaventuranza del Absoluto a los ardientes servidores de Su Voluntad, quienes con independencia de creencia o procedencia se impusieran a sí mismos y sus circunstancias para expresarlo e irradiarlo a coste de disciplina, comprensión y devoción. Este Yoga es puramente experiencial, trasciende las posibilidades reflectivas de cualquier predicamento.

2.- El Yoga como Ciencia Sagrada - Filosofía Perenne, preservada y difundida por las instituciones tradicional e iniciática, con las coloraciones propias de sus fondos culturales, credos y doctrinas.

3.- El Yoga académico, científico o técnico, que pese a su seriedad suele verse diluído en el marco de un visionado reductivo (occidental u oriental), con la "imposición de su esencia" por las comunidades científicas que lo estudian o las agencias tecnológicas y sociales que lo aplican, procediendo para ello a su fragmentación y aislamiento del "hilo de las correspondencias" y los "proyectos universales". Finalmente,

4.- El Yoga-sombra, producto de la estereotipia de los anteriores ya por incomprensión, ya por intereses ideológicos y comerciales o por el tratamiento en contra o en pro que le imprimen ciertos difusores ambulantes, sin mediar para ello esfuerzo informativo ni formativo.

En este marco, Scenia se visiona un esfuerzo de discernimiento y alineación de los estados existenciales 3º, 2º, 1º del Yoga y la eventual disolución del 4º en la conciencia representativa y operativa del practicante. Su estrategia es conectiva y transformadora ascendente, reguladora descendente, recuperativa y diferenciadora; y pasa por la reflexión viviente (matesis) desde el Yoga hacia el Yoga, del no-Yoga hacia el Yoga y desde el Yoga a todas las esferas de la realidad.

Los scenios somos practicantes y profesantes de Yoga (y otras disciplinas sagradas) de diversas denominaciones. Nuestro encargo público, fuera de las incursiones ultrensivas y transtensivas, se limita a la investigación, la divulgación, la orientación vocacional y la formación de valores. Nuestra ubicación está en el nivel 3 del esquema facilitado. Promovemos que los interesados se formen filosófica y técnicamente en las tradiciones, escuelas y academias de su preferencia.

023.- Observamos que desarrollan tópicos de diversas tradiciones, estilos y autores. ¿Es que la Scenia favorece una aproximación ecléctica al Yoga?

No. En Scenia no estimulamos un proceso tal. Por el contrario, nuestra recomendación a los estudiantes es asimilarse formativamente a una tradición, escuela o programa de prácticas, independientemente de que luego se confirmen en ella, la complementen, muden a otra o creen su propia síntesis personal.

Los yoguis no son picaflores sino serios peregrinos; ellos no hacen ensaladas 'eclécticas' sino síntesis 'orgánicas'. Así, de Ramakrishna nos dice Chidananda:

"Él practicó todos los senderos del yoga, tanto como el Cristianismo, el Islam y otros, y descubrió que todos ellos conducían a la misma experiencia-de-Dios última. Y durante un periodo de su vida espiritual el también practicó tantra". (8)

y La Ferrière, en otro contexto, visiona metodológicamente (con implicancias metodoprácticas) las llaves:

*** "Me gustaría mejor denominar Gratastha-Yoga el método de perfeccionamiento completo por medio de los ejercicios y del entrenamiento del cuerpo con fines de reintegración mediante posiciones, ejercicios, actitudes, etc., en vez de Hatha Yoga, la cual sería reservada como periodo final para operar la fusión de las dos polaridades, la cual no puede alcanzarse sino a través de una perfecta comprensión de la devoción al Gurú (Bhakti), una ciencia adquirida (Jnana), un estudio comparativo mediante actividades metafísicas (Raja) ayudado por la fuerza del verbo (Mantra-yoga) y por la energía en ascensión (Shakti -yoga) para después conseguir la disolución de los centros (Laya-yoga) cuando el alumno ya es un Gratastha-yoghi (yoga fisiológica)[ ..]". (9)

Alude este último autor a un proceso sistemático de articulaciones (transiciones) que contiene cierta 'racionalidad'. La metacognición de este componente - y no sólo su intuición - debiera recibir plena atención del yogui en formación, quid por el cual uno de los estudios scenios centrales es el de la configuración (construcción) de redes de distribución e integración de las líneas y disciplinas del yoga en los campos matésico tradicional, autobiográfico y noosférico.

En scenia no estamos enceguecidos al hecho de que las diferentes propuestas teóricas, doctrinarias y prácticas, en tanto discrepen en puntos críticos, puedan conducir a confusión y anarquía (esa actitud de "vale todo"). Y si en nuestro proceso discursivo de extensivas hemos adoptado la modalidad "mosaico", lo hacemos con el convencimiento de que los estudiantes una vez identificada una línea se aplicarán a darle continuidad investigativa y/o experiencial.

Para la scenia, la madurez en Yoga cursa varios estadíos, de los que son configurativos la regularidad de la práctica, la proficiente performance técnica, el involucramiento polifacético de la vida y la conquista de una conciencia representativa y operativa de misión. Un hito de oro en este largo andar es la consolidación del sentido de pertenencia que se traduce en "identidad", entrega y ofrenda.

La pertenencia (e.g. si el estudiante se entrega de modo temporal o permanente, en tónica exclusiva o principal, a la modalidad Kriya, Kundalini o Sahaja - por decir) no tiene por qué ser (con independencia de su factualidad) una definición inmediata a la que se arriba en un clic por obra y gracia de la carismática aureola de un instructor o la oportunidad que la presencia de una institución en una región geográfica suponga o imponga.

Conscientes de eso, en el entorno scenio se estimula un sentido de referencia (autoanálisis en relación con la cognición de diversas lecturas y propuestas) como antesala virtuosa al sentido de pertenencia, sin importar la salida que de aquí pueda resultar (que siempre será prerrogativa del interesado (o de un genuino llamado interior) antes que efecto de cualquier publicidad subliminal o coercitiva).

024.- ¿Cómo se accede al Yoga?

Hay que distinguir entre las tradiciones o instituciones yóguicas y la experiencia vital de un aspirante en el Yoga: su yoguificación. Las primeras contribuyen con un marco de referencia, pertenencia y experiencia transformadora para los estudiantes; y dados ciertos arquetipos y prototipos cósmicos e históricos, las caracteriza una relativa pero sana rigidez. No es que las tradiciones tengan que adaptarse a sus estudiantes: son éstos quienes deben rendirse a ellas y en el proceso podrán colmar como no las expectativas del alma máter.

En cambio, la yoguificación del aspirante es orientada pero no definida (necesariamente) por el dictum de las escuelas. Es una matesis personal. Por esta razón, un estudiante puede tener experiencias en más de una tradiciones, o escuelas, o técnicas, a su debido tiempo, siendo una (en el mejor de los casos) su orientación prevalente. Estas transiciones las construirá el aspirante novicio por ensayo y error o, ya maduro, con el conocimiento, la conciencia de meta y la anuencia de la maestría correspondiente. Quizás a esto se refería (también) Vivekananda, cuando afirmara que estaba bien que el hombre haya nacido en una iglesia pero no que muera en ella.

Conviene aquí relativizar (no negar categóricamente) la común afirmación que atribuye al temperamento del aspirante y su estructura motivacional la definición de su orientación en el Yoga: un punto de vista que propone que si uno gusta del ejercicio físico optará por el sendero Hatha; si sus preocupaciones son más devocionales se inclinará por Bhakti; si tiende a la intelectualidad será Jñani y así por el estilo. Nuestra consigna es que en el común de los casos la personalidad y el interés propio fungen como punto de partida, sin que tengan que ser predictores del devenir.

Finalmente, no contemporizamos - sin que esto signifique que en parte no tengan razón - con quienes creen que el canal y el estilo de hacerse yoguis son mera cuestión de oportunidad: "caer" en una institución yóguica, socializar y empatizar con tales y cuales personalidades, recibir entrenamiento e indoctrinación y - conforme a sus méritos e intensidad - progresar en esta vía, en la que permanecerá por el resto de sus días según la pauta escolástica (opción muy apreciable, dicho sea de paso). La yoguicidad, se lleva en el alma y la sangre porque, con independencia de su punto de partida temporal, es construcción transexistencial nuestra: "somos hijos de nosotros mismos en la senda de nuestra propia evolución"- lo redondeó un pensador. Nunca olvidemos, pues, el factor kármico.

025.- Quiero ser yogui. ¿Cómo accedo al marco yóguico? [Marzo 2008].

Dios no habla a dos almas en el mismo juego de lenguaje. Así como hay caminos generales (caminante, HAY CAMINO...)(10), hay también rutas particulares e individuales (...se HACE CAMINO al andar). Existen mil y una formas de iniciar [si tal es la palabra correcta, registro aquí mis dudas] tu periplo yóguico. Lo importante es sostener, avanzar, cualificar y no retrogradar en el intento. Muchos se adaptan a lo que les llega; otros siguen su caprichosa intuición; los más sabios se preocupan por relacionarse con una Maestría genuina (función de la entrega-recepción); a los menos, es la propia Maestría que se encarga de ubicarlos y/o despertarlos a su tiempo (yoguismo infuso). En cualquier caso, la recomendación genérica es la de emprender el estudio -como bhumi de la reflexión- de tu propia vida (tu biografía) como matesis, cualesquiera sean en la práctica las entradas adoptadas. Se trata del estudio más importante de tu currículum vitae y cuya ciencia síntesis adquiere la cualidad de una epistemología vital. [Los yoguis estudian al 'ser humano condicionado' más que a través de la psicología estándar, mediante su cosmoposicionamiento. Un Maestr@ conoce a su discípul@ y a sus alumn@s (la distinción depende de los últimos, no de aquel(_a)), y viceversa, en lo que son y lo que les conviene, a través de su educada visión interior y a través de la 'ciencia' de los astros]. Investiga sobre esto...

026.- Cuando nos acercamos a diversos autores del Yoga, vemos como éstos destacan la naturaleza práctica de la disciplina. Así, el Yukteswar pintado por Yogananda no parece muy entusiasta con los libros y las teorías. ¿O es que me equivoco o los scenios pretenden subvertir esta postura?

Amigo, a Yukteswar, Hariharananda, Sivananda, Vivekananda y a todos los yoguis que predican la prevalencia de la práctica sobre la teoría no les falta razón, ¡pero tú no los cortes en pedacitos y no hagas cubismo de sus enseñanzas puntuales a expensas de sus sistemas! Como concordáramos al inicio, el Yoga es fluidamente yoguificante. Una cosa es teorizar intelectualmente y otra muy distinta hacerlo yóguicamente (y así es, aunque en la salida (el producto) esta diferencia se torne indiscernible). Si hay quienes quieren alcanzar la conciencia cósmica a costa de pura meditación (nota: no es el caso de los citados), bien por ellos. Tú estudia el factor cósmico y hazlo participativo en tu proceso y la obra que edifiques. De este modo encontrarás que la teorización, la investigación, el proyecto de vida, la prospección misional, son todos intrínseca y trascendentalmente prácticos, intensamente movilizadores, esencialmente yóguicos.

027.- A pesar de todo, insistiré. Las teorías y los planes dependen del intelecto y el intelecto de la mente. ¿Acaso no es cierto que el Yoga, el Zen y otras disciplinas tienen por objeto calmar la agitación mental y disparar al practicante hacia instancias de no - mente?

Sí, así es.

028.- ¿Por qué, pues, alimentar tanto a un factor que luego se relativizará?

Te devuelvo algunas preguntas de la misma forma (¡o casi!: descubre tú la trampa). Los yoguis, los hatha yoguis en particular, prestan mucha atención a sus físicos. ¿Acaso al relativizarlos tienen que despojarse de ellos o sumirlos en el descuido ascético o faquiresco? Los brahmacharis, ¿acaso por su abstinencia son infrasexuados?, ¿acaso tienen que castrarse para mantener un celibato?

Nuestra anatomía sagrada dispone de vehículos a los que debemos mantener funcionales pero en el preciso equilibrio. Dale a un enfermo una sustancia químicamente pura, un principio activo de fármaco, y probablemente lo intoxicarás. Dale al mismo sujeto dicha sustancia en el corpus de una planta medicinal, y probablemente contribuirás a su salud. Porque natura grosso modo ha dispuesto en las plantas las sustancias en el correcto equilibrio, donde unas neutralizan o activan a otras en el quantum apropiado. La simulación y optimización de este proceso por el hombre es mor de intuición o mor de ciencia.

El problema surge cuando el sujeto exacerba la mente (el físico, etc) a expensas de otro vehículo. Propiciar equilibrios - o mejor, desequilibrios armónicos - de la voluntad, el intelecto y la emoción en el hombre en cada circunstancia y ante cada demanda de la vida es un arte yóguico. Mal haríamos pues en enfocar cada componente aislado. Que esto cuente para el cuerpo mental.

Finalmente, sólo a nivel de la instancia mental, si ésta está cultivada, dotada intelectualmente, sabe preguntar, fundamentar, priorizar, investigar, refutar, tomar decisiones y soluciones creativas y oportunas; luego es más apta al Yoga que aquella que se entrega a la bienaventuranza del silencio sin más. Una mente educada no tiene por qué ser rígida o esquemática y cuando se dirige a un objetivo no se dispersa ante tantos distractores (incluidas las interferencias subconscientes, vasánicas) como bien podría hacerlo la mente débil. La educación de la mente no es antagónica con el yoga y por virtud del pratyahara y superiores puedes retirarla y volverla a colocar cuando convenga. Y siempre tendremos a mano los procesos oratoriales cuando ciertas (i)-lógicas y metodologías graben en nuestros repertorios su estela de rigidez.

029.- Los scenios distinguen entre sendero mayor y sendero menor del yoga. ¿Es que todavía puede afirmarse que unos sistemas de yoga son superiores a otros?

En scenia no alimentamos jerarquías ni chauvinismos ni fanatismos, no sólo por ser expresiones extendidas de un ego que en teoría debería consumirse en el fuego de la voluntad, sino porque es un completo sinsentido:

  • Si atendiéramos al criterio de eficacia, encontraríamos que los grandes sistemas (Raja, Karma, Bhakti, etc) apuntan al mismo blanco: la unión con el Absoluto, y tienen prototipos vivientes o históricos de ese logro.
  • Si aplicáramos el criterio de eficiencia, careceríamos de estándares para contrastar el logro (digamos intermedio, para no complicar las cosas, y aún así sujeto a juicios de valor personales y culturales), con el tiempo, esfuerzo, sacrificios propios y quizás de otros, accidentes, etc. que irroga cada sendero, máxime cuando la realización no depende exclusivamente del sistema per se sino de las condiciones evolutivas del practicante.
  • Si evaluáramos la efectividad, careceríamos de estadísticas de logro.

Mejor orientado estaría quizás un criterio de conveniencia. Si atendemos al de tipicidad, hablaríamos de la resonancia de cada sistema con el logos de la era. Pero esto se dificultaría con decisiones calendáricas: ¿deberíamos adoptar el sistema védico (y concomitantemente, ¿nos encontramos en la edad de Kali Yuga o en Dwapara Yuga?), o el occidental (¿Era de Acuario?), o el chino (...), o el maya (...), o más pragmáticamente, nuestra ilustrada y multidisciplinaria lectura del pulso de los tiempos actuales y venideros. De aquí tendríamos que decidir si son las modalidades filosóficas, científico-técnicas, mágicas o místico-devocionales del yoga las que resuenan más con la era, o si lo son las modalidades de síntesis, y en caso de optar por estas últimas, discutiríamos el componente a prevalecer. Aún cuando hay mucho que hablar con respecto al criterio de tipicidad y los ejes semioepistémicos de las tradiciones (otra línea de estudios), no es totalmente aparente para el problema que nos ocupa.

¿Cuál es la solución scenia?

  • Desde un principio señalamos que nuestra localización del Yoga se centraba no en los sistemas, o escuelas, o métodos o técnicas vistos en su purista externalidad, sino en la relación que entretejía un viviente con ellos, en la altitud y el horizonte de sus puntos de fijación actitudinal y existencial.
  • Hay quienes se forman yoguis como respuesta a la pregunta "¿cómo me beneficio del yoga?"; para otros la clave de su formación será: "¿cómo llego a auténtico yogui?" y hay quienes construyen su yoguicidad prospectando: "bueno, y cuando sea ya un genuino yogui, ¿qué se sigue de ello?, ¿cómo aporto a mi tradición y al mundo que estoy por liberarme?" y así, las posibilidades incorporativas, creatices y sintéticas son ilimitadas.
  • El sendero mayor del Yoga es aquel que, con independencia de la procedencia de sus peregrinos, trasciende la realización misma del individuo y se trastoca en yoga de alcance ecológico, social, cultural y cósmico. Es yoga de misioneros y sacerdotes. Característico de los pequeños maestros es que sólo miran hacia arriba en plan de fuga y de los grandes, que atienden hacia abajo en plan de servicio.

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- Bueno, ya tuvimos suficiente por hoy.
¿Vamos a meditar?
[...]

Urania Scenia & Itipcap, Nov. 2007- Marzo 2008.


Notas:

(8).- En: Chidananda, S (web ed. 2001): The role of celibacy in the spiritual life. The Divine Life Societys. India. La cita es de pp. 8 - 9. La cita original está dentro del contexto y propósito de ilustrar la existencia de un tantra auténtico y uno pervertido (éste último más común y accesible) y de advertir que en la actualidad no es recomendable al occidental la "sexualidad sagrada" como vía espiritual.
(9).- En: La Ferrière, S (ed. 1976): Yug, Yoga, Yoghismo. Una matesis de psicología. Editorial Diana, México D.F. La cita es de la pp. 455. La cita original está dentro del contexto y propósito de posicionar el yoga fisiológico dentro de y frente al hatha yoga, y de este último en relación con el yoga como un todo. Se re-nociona, reposiciona y relativiza estas modalidades yóguicas a pesar del extendido punto de vista.
(10).- Perdóname por mutilarte, mi querido Antonio.[El mensajero].

Los gifs animados que nos alegran el escenario proceden de: http://www.jugones.net, en su sección gifs [ir].
La música de fondo es la sinfonía 29 en A, KV201, mov: Allegro Moderato, de W. A. Mozart. Su procedencia es http://www.espace-midi.com [ir]; ambas webs muy dedicadas que merecen ser visitadas.

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